
Ni un año ha esperado el señor Steven Wilson para volver a visitar la capital de España. No seré yo el que se queje. Me quedé con las ganas la anterior ocasión y he agradecido enormemente esta segunda oportunidad, que por cierto apunta a ser la última en bastante tiempo, según comentó el propio Wilson en su cuenta de Instagram, probablemente para volver a enfrascarse en los mil y un proyectos que lo mantienen encerrado en el estudio. Y es que, a pesar de que su carrera en solitario le ha proporcionado una inesperada inyección de popularidad con su último trabajo, la principal pasión del polifacético músico británico es la producción.
Los asistentes que hicieron doblete se vieron recompensados con un repertorio con importantes variaciones respecto al concierto ofrecido el pasado febrero en el WiZink Center. Sus discos ‘4 ½’ y ‘Grace for Drowning’, que se quedaron en el tintero, tuvieron esta vez representación de la mano de ‘Vermillioncore’ e ‘Index’. Inesperada fue la preciosa ‘Blackfield’, que da nombre a su proyecto homónimo, e igual de sorprendente, aunque mucho más desconcertante, fue la versión de ‘Sign o’ the Times’, de Prince. Este guiño al “mejor músico de pop de todos los tiempos”, por quien Steven Wilson se deshizo en halagos, fue testigo de lo tremendamente amplias que son sus influencias. Y es que el británico es, ante todo, un tipo con unas tragaderas que van desde los Bee Gees hasta los grupos de metal más extremos y la portentosa capacidad de digerirlo todo para dar lugar a creaciones frescas con personalidad propia.
El contraste más intenso lo ofreció un cuarteto de temas de su etapa en Porcupine Tree, unos desparrames progresivos bastante largos que resultaron empachosos o bien un glorioso reverso del lado más pop de la noche, depende de a quién le preguntes. Destacó, en la recta final, la pegadiza ‘The Sound of Muzak’, una de las piezas más brillantes de ‘In Absentia’, el que ha quedado para la posteridad como el disco más redondo de Porcupine Tree.
Tres horazas de concierto, con un intermedio de veinte minutos, dieron para repasar buena parte de la inabarcable trayectoria de Steven Wilson, pero el protagonista de la noche volvió a ser ‘To the Bone’, su redondísimo álbum más reciente. La petarda ‘Permanating’ se mantuvo en el set list, para frustración de los metaleros más cerrados de mente. Antes de tocarla el músico compartió con bastante humor la anécdota de un metalero que durante un concierto le dio la espalda mientras tocaba esa canción en señal de protesta. No me pareció que hubiera muchos de esos esa noche en la Riviera. Esta festiva celebración de la vida fue recibida con alegría y bailoteos. A otra cosa no, pero en España nos apuntamos los primeros a hacer el ganso. Más me chirrió ‘Song of I’, un tema muy psicodélico y experimental bastante deudor de Depeche Mode que gustosamente habría cambiado por ‘People Who Eat Darkness’ o ‘To the Bone’, ambas descartadas en esta nueva visita.

Resulta muy difícil mantener el listón alto durante tres horas de directo y Steven Wilson hizo mucho más que eso, volvió loco al público madrileño. Lo tenía todo a favor con un material musical extraordinario, pero supo convertir la cita en algo inolvidable gracias al virtuosismo de su banda y a su propia personalidad. Aunque es un tipo tímido, hizo gala en varias ocasiones de su irónico sentido del humor regalando al respetable algunas reflexiones afiladas sobre la sociedad o el panorama actual de la música pop. Su entrega fue absoluta y durante todo el concierto se fundió a nivel emocional con su música, para finalizar de forma magistral con esa bellísima obra maestra que es ‘The Raven That Refused to Sing’, acompañada por las imágenes de su imprescindible videoclip.
Al acabar la noche todos acabamos un poco enamorados de ese larguirucho con pluma que gusta de tocar descalzo para sentirse como en casa y, de paso, controlar mejor los mil y un pedales de guitarra que usa en directo. Eso sí, ha aprendido la lección con los años y ahora pone moqueta. Supongo que si yo me hubiera clavado una jeringuilla en un pie también me aseguraría de cargar varios rollos de moqueta en el autobús antes de salir de gira.
Nowhere Now
Pariah
Home Invasion
Regret #9
The Creator Has a Mastertape (Porcupine Tree)
Refuge
The Same Asylum as Before
Ancestral
2ª parte:
No Twilight Within the Courts of the Sun
Index
Permanating
Song of I
Lazarus (Porcupine Tree)
Detonation
Song of Unborn
Vermillioncore
Sleep Together (Porcupine Tree)
Bises:
Blackfield (Blackfield)
Sign O the Times (Prince)
The Sound of Muzak (Porcupine Tree)
The Raven That Refused to Sing