A veces, que alguien hable mal de una obra obtiene el efecto contrario. Así me animé a ver Juego de Tronos y así conocí este libro. En la España de la crisis profunda y los recortes se contextualiza una novela que fue duramente criticada por los sectores ultras de nuestra sociedad. Una publicidad que me hizo buscar el libro durante mucho tiempo y sólo lo conseguí encargándolo.
Corrupción, malversación, capitalismo de amiguetes, ciclos económicos desfavorables y pocos escrúpulos (entre otros factores) llevan al país a sumirse en la miseria ¿Les suena la trama?
Una situación que para muchas familias se vuelve completamente insostenible mientras que se siguen descubriendo casos de sinvergonzonería de la clase política. Hasta aquí todo normal… por desgracia.
El hecho diferencial y que marca la parte de ficción de la novela es una respuesta por parte de la ciudadanía. La desesperación de quien ya lo tiene todo perdido lleva a muchos enfermos terminales a asesinar a los políticos en cuanto encuentran la más mínima oportunidad. Tras esto, graban su confesión y la difunden por las redes sociales reivindicando y justificando los motivos de sus actos.
Los autores, ambos periodistas, buscan empatizar con el descontento de la sociedad con su clase política durante este periodo. A su vez, buscan visibilizar los excesos que se han cometido con muchos recortes, evidenciando la gravedad de los recortes en Sanidad. La erradicación en aquella época de la sanidad universal, la imposición del copago farmacéutico, la privatización de centros y servicios sanitarios públicos (que luego se ha demostrado ser un profundo fracaso económico y social), el abandono de los enfermos de Hepatitis C al no incluir los nuevos fármacos entre los subvencionados por la seguridad social, la ausencia de campañas de educación sexual y contra las prácticas de riesgo y contra las infecciones de transmisión sexual…
Han sido muchos los aspectos de la sanidad que se han visto afectados por políticas que no han sido casuales, se ha recortado inversión en campos muy diversos con un componente claramente ideológico (a destacar como ejemplo muy claro la exención como servicio de la seguridad social los tratamientos de reproducción asistida para mujeres lesbianas) y los autores de la obra han querido destacar este carácter ideológico y oportunista para beneficiar al sector privado y perjudicar a colectivos tradicionalmente contrarios al sentido del gobierno.
Al rescate del gobierno tras la publicación de este libro salieron sus sectores afines (y económicamente beneficiados por el mismo), sin embargo plantearon un debate interesante ¿Es el planteamiento de esta obra demasiado radical? Puede haber opiniones para todo, pero no cabe la menor duda de que guste más o menos supone un ejercicio de libertad de expresión y libertad creativa. ¿Incita esta obra a extremar nuestra concepción política? Sin duda lees el libro muy cabreado, no por la opción que toman los enfermos terminales de entregar su vida (que ya va a durar muy poco) para acabar con la de los políticos, sino porque ves reflejados muchos abusos reales que se han cometido en estos tiempos. Desde mi punto de vista no hay motivos para censurar esta obra. Este es un debate que ya se abrió con obras como la mítica ‘La Naranja Mecánica’ de Stanley Kubrick. En este caso incluso tras el estreno de la película se crearon grupos violentos inspirados en los actos y en la estética del grupo de alimañas de la obra del cineasta. Por otra parte ¿se imaginan que se censurara cada vez que un cineasta estadounidense ha “matado” a “su presidente”? A lo mejor teníamos que despedirnos del 20% del catálogo de cine de acción hollywoodiense.
En cualquier caso, ‘La Revolución de los Ángeles’ es una obra que ha dado mucho que hablar. Y quizá para poder hablar y opinar, la mejor herramienta sea el conocimiento. Lean, vean y cuando lo hayan hecho, creen su propia opinión sin dejar que nadie les diga qué deben pensar.