Hay pocos paisajes en el mundo tan evocadores como los que se encuentran en los países nórdicos, donde aún es posible encontrar lugares de naturaleza salvaje sin bolsas de supermercado ni latas de Coca-Cola. Lugares casi vírgenes, donde las poblaciones son pequeñas, apacibles y separadas por cientos de kilómetros de distancia. Países como Islandia, Noruega, Suecia o Dinamarca son un lienzo en blanco para la imaginación, así que no es extraño que el ilustrador sueco Simon Stålenhag haya decidido construir su propio universo de ciencia ficción alrededor de los entornos escandinavos donde creció.
La mayor parte de su obra es una mirada nostálgica a unos años 80 y 90 retrofuturistas, donde las idílicas postales rurales conviven con estructuras industriales abandonadas, residuos tecnológicos, robots, mechas y dinosaurios resucitados por los caprichos de la ingeniería genética.
A través de escenas cotidianas cargadas de expresividad, plasmadas con técnicas digitales pero imitando el acabado al óleo, Simon Stålenhag consigue capturar no solo los paisajes de su infancia sino también el futuro que proyectaba en ellos como niño con el cerebro sembrado por videojuegos cómics y películas de ciencia ficción. Un futuro imaginario que ahora, bajo la mirada del adulto desilusionado, se ha convertido en una pesadilla distópica.
Las imágenes del artista tienen un gran potencial narrativo. Resulta fascinante dedicar varios minutos a observar cada una de sus ilustraciones e imaginar las historias que hay detrás, cómo es la vida de esas personas que viven su día a día entre las ruinas de un progreso insostenible.
El Bucle y más allá
Simon Stålenhag ha empleado un considerable esfuerzo en crear un rico telón de fondo argumental para su universo, trazado en base a lo que le inspiraban sus obras y no siguiendo una planificación previa, aunque con el paso de los años le ha servido para retroalimentarse y darle una mayor sensación de unidad.
Sus ilustraciones han sido recopiladas hasta la fecha en tres tomos, cada uno de ellos completado con textos e incluso un mapa para ayudar al lector a familiarizarse con el mundo. Los libros no son precisamente baratos, pero la calidad de la edición y cómo presentan sus trabajos de forma ordenada y coherente hacen que sea la mejor manera de disfrutar de ellos.
Tales from the Loop está ambientado principalmente en Mälaröarna, un archipiélago al oeste de Estocolmo, durante los 80. En esta versión alternativa de Suecia, la compañía estatal Riksenergi construyó en la zona un gran acelerador de partículas que la población bautizó como el Bucle. La infraestructura trajo consigo una serie de grandes avances científicos pero su núcleo se descontroló y provocó una serie de anomalías en la naturaleza. A su alrededor, los vecinos viven sus vidas corrientes mientras lidian con los fenómenos extraños provocados por el proyecto.
Su continuación directa, Things from the Loop, transcurre una década después y está centrada en las secuelas que dejó el Bucle tras su cierre en 1994. El acelerador de partículas y todas las maravillas tecnológicas que trajo consigo yacen oxidándose hasta que una inundación saca a flote algunos de sus secretos. Tras una era de optimismo tecnológico, esta segunda serie de ilustraciones muestra una visión más decadente y pesimista.
The Electric State, su hasta ahora última producción, transcurre a finales de 1997 en Estados Unidos y narra el viaje por carretera de una adolescente fugada junto a su robot personal. Aunque geográficamente este libro se aleja drásticamente de Suecia y el Bucle, comparte muchas de sus inquietudes temáticas. En esta ocasión Simon Stålenhag se muestra algo más mordaz y critica de forma aún más explícita la sociedad de consumo, retratando una sociedad adicta a las nuevas tecnologías que languidece entre montañas de su propia basura.
Legado audiovisual
Más que un simple ilustrador, Simon Stålenhag es un narrador multidisciplinar al que no se le caen los anillos por explorar otros medios ajenos a su especialidad. En 2013 se encargó de toda la parte audiovisual del videojuego gratuito Ripple Dot Zero, un simpático homenaje a los clásicos de acción de 16 bits desarrollado junto a un amigo.
Como músico ha publicado dos discos de electrónica ambiental: Music for DOS, inspirado en la informática vintage, y The Electric State, una banda sonora para su tercer libro. Ambos álbumes son un complemento perfecto para sus imágenes.
Además, el mundo del Bucle ha inspirado un juego de rol de lápiz y papel (que a su vez reutiliza ilustraciones del propio Stålenhag) y una próxima serie en preparación por Amazon y Fox 21 Television Studios. Todavía no hay fecha de estreno para esta producción que aspira en convertirse en una respuesta a Stranger Things, pero se sabe que su primera temporada constará de ocho episodios de una hora y cuenta con Nathaniel Halpern (guionista de Legión y The Killing) y Mark Romanek (director de Nunca me abandones) como productores ejecutivos. Este último además se encargará de dirigir el capítulo piloto.